miércoles, 29 de septiembre de 2010

M.

Distinto. Tantas cosas hace casi tres semanas, ajenas, ahora parte de mi vida. Mi nueva vida en la capital de Baviera. La libertad de respirar sin miradas que observen cada movimiento, sin labios que claven mil agujas en tu alma con recelo, quien sabe, con la sencilla razón de entretener sus vidas vacías. La sensación de tener el mundo ante tus ojos, el ansia de conocer, de vivir y de soñar con un nuevo paraíso, completo de aventuras por ocurrir.
Una vía que retiene mil estrellas y las convierte en realidad. Mil miradas desconocidas cada día. Aire fresco, caras nuevas. Locura misteriosa y clandestina. Vicisitudes de una nueva rutina. Aire que envuelve las sombras y luz que aparca en mi ventana al alba. Riqueza convertida en belleza a cada paso.


Adoro esta ciudad.

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