lunes, 23 de mayo de 2011

Sólo es una batalla perdida.

Dejándonos de metáforas, el fracaso electoral del pasado día supone un cambio catastrófico para los españoles. En primer lugar, porque es la gente quien ha decidido que todo haya salido de esta manera. El cambio ha de partir del pueblo, porque el pueblo es quien da la mayoría. La solución no se encuentra en no votar, sino en votar con cabeza, sentido y reflexión. Por otro lado, debe llevarse a cabo un fundamental cambio desde el corazón del sistema político actual, empezando por una modificación de la ley electoral y de partidos, para terminar con reformas mucho más profundas en materia de educación, sanidad y otros muchos campos que necesitan un "saneamiento" completo. Y después ya hablaremos de ideologías.

¿Y ahora qué? ¿Tenemos que sentarnos de brazos cruzados mientras nos dejamos gobernar por una sarta de corruptos e hipócritas? Cuando pienso en el término "soberanía popular" no entra esa pregunta en mi cabeza. Porque soberanía popular significa que el poder reside en la población, algo que desgraciadamente dista mucho de la realidad actual en que nos hallamos. Ahora, sólo queda reflexionar, levantarse y trabajar duro para que, poco a poco, la realidad se vaya identificando con el término, como corresponde

lunes, 10 de enero de 2011

Crónica de un erasmus: Múnich (V)

- Aeropuertos.
- Jägermeister (eché de menos su inmediato efecto de "ostiaputavoyavomitar"). 
- "Esto se nos va de las manos, gente".
- Ach so!
- Desayuno vips: bacon, huevos revueltos, tortitas, patatas fritas, zumo de naranja, café recién hecho.
- "Esto se nos va de las manos" vol. II.
- La empresa de alcohol a domicilio que nos salvó de la falta de existencias a mitad de la noche.
- Johnny Cash.
- El suelo = Matratze.
- "¿Rauchst du?", "Ja, klar".
- 59:1.
- Bier. Pero de la de verdad, la que allí no existe.


Primer fin de semana muniqués post-navideño. #thisisGermany :)

jueves, 6 de enero de 2011

Vuelta a mi ciudad.

Llegó el momento. Después de unas cortas navidades. Muy cortas. Tanto que casi no he tenido tiempo de disfrutarlas, ni disfrutar de la gente que me importa. Más que un descanso, han parecido un tumulto de reencuentros mezclados con toques de diversión y de recuerdos (es lo que tiene volver a la patria). Ni he tenido tiempo de echar de menos mi querida Múnich. Porque estas dos semanas me han sabido a poco, y me gustaría tener algunos días extra para poder saborear la tranquilidad de la vuelta a casa y la alegría del regreso al lugar de donde uno procede.

Toca volver. Regresar a esa gran ciudad de la que me enamoré hace unos meses, de la que tanto hablo y la que tanto idealizo. La ciudad perfecta. Grande pero tranquila, elegante a la par que bohemia, interesante pero no turísticamente masiva. Una ciudad donde el único inconveniente es el clima frío del que es víctima. Regreso con ganas y al mismo tiempo con pena. Porque voy a echar de menos esto, y aunque, como la otra vez, me acostumbre rápido y sin más a la vida y el ambiente alemán muniqués, ahora mismo siento que parto demasiado pronto y abandono sin rematar estas vacaciones tan escuetas.

Mi avión sale a las 08:55. Hasta la vuelta.

FROHES NEUES JAHR!